Como suele suceder en cualquier género, y el porno no tiene por qué ser una excepción ni estar marcado por un estigma especial, la aceptación de las reglas es la premisa básica para el disfrute de una historia, y en este caso eso pasa por comprender que Astaroth es un demonio que gana poder por cada travesura sexual a la que somete a Bernadette. Por eso su empeño. Y como el mundo en el que acontece el relato es sexualmente desatado y algo perverso, lo políticamente incorrecto es la norma. Ahí está la clave.
martes, 27 de enero de 2015
‘Astaroth y Bernadette’, de Álvaro Muñoz y Juan Espadas
Como suele suceder en cualquier género, y el porno no tiene por qué ser una excepción ni estar marcado por un estigma especial, la aceptación de las reglas es la premisa básica para el disfrute de una historia, y en este caso eso pasa por comprender que Astaroth es un demonio que gana poder por cada travesura sexual a la que somete a Bernadette. Por eso su empeño. Y como el mundo en el que acontece el relato es sexualmente desatado y algo perverso, lo políticamente incorrecto es la norma. Ahí está la clave.