
Al fantástico dibujo de Mike Norton (ganador del premio Eisner) se une el magnífico trabajo de coloración de Mark Englert, que me ha llamado la atención por lo detallista (lo primero en que me fijé fueron las uñas pintadas de Dana y los brillos realistas, pero este es sólo un ejemplo, podéis imaginar que ha mimado el resto de las ilustraciones de igual forma)
En cuanto al argumento, no es la primera vez que estoy frente a una historia de resucitados que NO son zombis, y en ambos casos era películas. Creo recordar que la más parecida, al principio, era una película francesa, pero en este guión de Tim Seeley todo da un giro brutal cuando ves que sus resucitados se vuelven violentos y no parecen poder morir, porque una y otra vez se levantan. Imaginad el punto de tensión que se puede llegar a sentir cuando alguien que ha asesinado ya en más de una ocasión vuelve a levantarse. Ni a la tumba llegan…
En principio se nos presenta como la historia de unos vivos que tienen que aprender a convivir con sus muertos resucitados (ahí el parecido con las películas que comentaba es cien por cien), y esta línea está muy bien, pero se complica como a mí me gusta (alejándose por completo de los filmes).